viernes, 22 de abril de 2011

SUPEDITACIÓN A LA MISIÓN

Acepten ahora esta Llama de la Ascensión en el Más Santo Nombre de Dios. Puede que esto los ayude a recordarme felizmente. El Morya y Yo estamos solos en cuanto a la disciplina severa. A veces estamos muy solitarios, pero podemos ser muy dulces y sé que la Llama de la Ascensión puede hacer mucho por ustedes. Sólo Dios sabe que Yo quiero que ustedes asciendan más de lo que lo desean ustedes, ya que ustedes no saben cuán importante esto es, y no conocen la Gloria. Pero sin importar cuánto pueda Yo querer que ustedes asciendan, más deseo que el Reino de Saint Germain se establezca en la Tierra.

Por tanto, ya pueden ver cómo trabaja la Hermandad. Mi servicio a la vida consiste en ascender la humanidad. La Ley Cósmica ha decretado que la Edad Dorada sea establecida en la Tierra. ¿Me abalanzo y tiro de todo aquel que tenga una posibilidad de ascender, sacándolo de la actividad y llevándolo a la Ascensión, dejando a nadie aquí para Saint Germain? ¡NOOOO!!! Eso sería una tontería, ¿no les parece? Mi servicio consiste en cooperar con Él, vigilándolos a todos y cada uno de ustedes cuando llegan a un buen punto, orando a Dios que permanezcan allí por tanto como se han ofrecido de voluntarios para permanecer, de manera que cuando venga el Llamado, no hayan perdido méritos y tengamos que comenzar todo de nuevo. PERO esa es la unidad que debe darse entre los chelas. El servicio del momento es el factor importante, y no el particular individuo, Maestro, Deva, ángel o Chohán. Estoy seguro de que ustedes comprenden esto.

De manera que he sido el custodio de la Llama de la Ascensión durante mucho tiempo, como ustedes saben. ¡Muy bien! Si armonizan cincuentiún porciento de su energía, estarán preparados. A veces se requiere de una larga serie de encarnaciones para llevar a un individuo a ese punto, y Nosotros sólo vemos sobre la gráfica cósmica que ustedes están listos; y entonces la Ley, el gran Saint Germain o el MaháChohán podrá decir, "Bueno, no pueden llevarse a ése ya que dejaría un agujero y en este momento no tenemos reemplazo', y, por el amor a Dios, cuando vuelvo a contemplar la gráfica, bajó a cuarentiocho porciento. Ahora, eso lo convierte en Mi obligación, y es lo mismo arriba que abajo.

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