jueves, 10 de febrero de 2011

EL VERDADERO ASPIRANTE

Es menester que comprendamos que ASPIRANTE es el alma en la oscuridad que busca la luz —siendo relativa la oscuridad— pero hasta que el individuo ascienda, hay una acumulación de mayor o menor sombra. Este aspirante ansía la plenitud de la Verdad, y eso, de por sí, es bueno; pero el aspirante, al estar en la sombra, no sabe qué esperar del aspecto Sabiduría. Por consiguiente, sus expectativas no constituyen un criterio en cuanto a si está recibiendo o no la más grande vertida de acuerdo a los requerimientos del crecimiento de su propia alma. Sin embargo, el estudiante sincero y aspirante que celosamente aplica la Ley al máximo de sus posibilidades y habilidad se auto-catapulta constantemente sobre las simas de la desesperación y la desilusión porque el resultado (del cual no tiene conocimiento intelectualmente) es incompleto según su propia opinión humana.

Si el estudiante tan sólo pudiera comprender lo que tan a menudo se ha dicho —a saber, que debe hacer su Aplicación y regocijarse en el conocimiento de que la Aplicación no puede fallar— se ahorraría incontables viajes subiendo y bajando entre el esfuerzo repetido y el letargo, el entusiasmo y la desesperación.

Cuando la corriente de vida se sintoniza con el Maestro, el intelecto es el último en enterarse de lo que la ola retornante de energía trae a la conciencia y cuerpos internos de la corriente de vida. En vista de que es así, y de que el intelecto es el poder gobernante de la conciencia externa a mayor grado, la maravillosa Aplicación que trae tales grandes resultados es a menudo abandonada cuando la vertida está en su apogeo, debido a la limitada comprensión del ser externo.
CERO CONCIENCIA INTELECTUAL

Si el cuerpo estudiantil tan sólo pudiera comprender los resultados tremendos que siguen a la invocación a cualquier miembro de la Jerarquía o de la Hermandad, confiaría en la sabiduría de la Presencia y de los Maestros que han señalado el camino, y alegremente absorbería la radiación recibida. Ustedes ven a la flor crecer en toda su gloria porque ella no tiene conciencia intelectual. Sin embargo, las fuerzas de la Naturaleza combinan los elementos aparentemente vinculantes alrededor de la flor potencial para construir las propiedades físicas requeridas para llevar dicha flor a la plena floración, mientras que la flor, de por sí, sencillamente absorbe esa radiación y no tiene opinión alguna. El resultado de todo esto es la plena floración. Si el hombre pudiera hacer lo mismo, hace rato que la flor de su Divinidad se hubiera desplegado pacíficamente en el Reino de Dios.
Esto debe ser un estímulo para todos ustedes, amados Míos. No traten de tener opinión alguna en cuanto a si están progresando o no, porque Dios —el "YO SOY" en sus corazones— y Nuestra vertida en conjunto será su liberación a pesar de la opinión intelectual que puedan tener al contrario. Lo único que eso hace es hacerlos experimentar una angustia mental que podrían evitar.

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