sábado, 12 de febrero de 2011

¿QUÉ ES REALMENTE LA VOLUNTAD DE DIOS?

La humanidad, en su gran mayoría, ha confundido la Voluntad de Dios con su propio karma destructivo retornante, inclinando sus cabezas ante los golpes del "destino" y atribuyendo tales "golpes" a la Voluntad de Dios. ¡Absurdo! 

La Voluntad de Dios es ver a todos Sus hijos reestablecidos en su Maestría Divina de energía, vibración... ¡y control constructivo de los poderes de precipitación! Para este fin, el Tribunal Kármico a veces le permite [no lo condena] a un individuo vivir una vida extenuante a fin de que dicho individuo, quien ha solicitado la oportunidad de redimir sus energías, experimente esas facetas particulares de la zozobra humana y, así, aprenda conscientemente a no crear ya más tales causas (así como la subida y bajada de las mareas es inexorable) que necesariamente tienen que regresar a su creador. Tenemos así la experiencia de una susodicha "vida dura", y el individuo -en sumisión auto-virtuosa- a menudo malutiliza la frase "el Señor castiga a quienes ama". 

La Voluntad de Dios consiste en despertar el alma -que duerme entre las mareas de las masas y que es constantemente inundada por la efluvia de los desencarnados- a la realización de que la herencia Divina de todo hombre consiste en elevarse por encima de la capacidad para crear causas de discordia, y utilizar el Fuego Sagrado de Purificación y Misericordia (v.g. la Llama Violeta) para disolver no sólo los efectos sino también las más sutiles causas internas de angustia. 

Constituye el buen placer del Padre darle cada bendición a Su Reino -y más aún- para darles la bendición de convertirse en co-creadores conscientes del Reino de los Cielos en la Tierra. ¡Es la Voluntad de Dios elevar a todos los que pertenecen a esta evolución y a los aprisionados en esta evolución oriundos de otros planetas y sistemas, a dioses y diosas una vez más! Es la Voluntad de Dios que todos los poderes naturales de precipitación, levitación, eterealización, invocación, etc. sean utilizados por TODOS sus hijos. Las múltiples bendiciones que llenarán no sólo el mundo personal de todo aquel que acepte la Herencia Divina, sino también el mundo humano en su totalidad, coadyuvará a esta restauración. 

Sólo porque algunos entre los hijos de Dios hayan escogido voluntariamente experimentar con los poderes de la creación y, así, desenvolver limitaciones que presionan de vuelta sobre ellos por la Ley del Círculo natural, no es razón para que ellos u otros denominen al corte de esta amarga cosecha, la Voluntad de Dios. 

¡La Voluntad de Dios es el bien! ¡La Voluntad de Dios es opulencia! ¡La Voluntad de Dios es salud perfecta en cuerpos que no dan muestras de decadencia, descomposición ni sucumben finalmente a la susodicha muerte! Atestigüen a la vida en otros planetas en cuanto a la Verdad de Mis palabras. No es la intención de aquéllos de Nosotros que tenemos la bella oportunidad de expresar la Voluntad de Dios, el cruzarnos de brazos y permitir que la humanidad culpe por su propia mala utilización de la vida -con su reculada última (a menos que sea transmutada)- a un buen Dios. 

Habiendo renunciado al Nirvana, Nuestro propósito Divino consiste en activa y positivamente proyectar dentro de la conciencia externa la remembranza del Concepto Divino para cada corriente de vida dentro. Para este fin, utilizamos la palabra hablada y escrita, la imagen, el ejemplo. Muchos de Nuestros chelas (algunos enteramente inconscientes a Nuestra presencia  directriz) nos ayudan en este servicio.

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