jueves, 10 de febrero de 2011

MINERÍA DIAMANTINA

Amados Hijos Míos:

En las minas de la gran África del Sur, donde se entrena a individuos en el gran arte de discernir gemas preciosas que son tanto valiosas como bellas cuando se les refina apropiadamente, se requiere de un ojo entrenado y de un poder de discernimiento por encima del promedio para escoger esa porción de la roca que producirá el exquisito miembro del reino de la joyas.

Al hombre promedio, las gemas en bruto, cuando son traídas a la superficie, parecen no tener más importancia que pedazos de granito o bloques de roca ordinaria. Sin embargo, cuando son cinceladas, cortadas y pulidas de manera que reflejan la Luz, se convierten en gemas hermosas de inapreciable valor. Su habilidad para reflejar la Luz de Dios desde sus facetas individuales y la cantidad de fuego dentro de ellas, determina su valor. Es así como Nosotros trabajamos con las almas de los hombres. Cuando hombres no-ascendidos ven únicamente terrones, Nosotros vemos el exquisito Dios y Diosa potencial que —con el apropiado pulimento— no solo reflejará gran Luz sino que también emitirá gran Luz.

De la misma manera que una gema inapreciable es puesta sobre la piedra de amolar, y procede a través de un proceso de extrema incomodidad para sí, asimismo ocurre frecuentemente con las más grandes almas, quienes están siendo preparadas para su misión espiritual.

Si me pidieran que los ayudara a ver con los ojos del Maestro cuando miran a un individuo, especialmente quizás a alguien que parece tener efectos irritantes sobre ustedes, eso suavizaría su opinión y ampliaría el panorama de su visión, de manera que podrían ver la belleza potencial de esa alma y en lo que está aún por convertirse.

Del mismo modo que hay ciertos lentes disponibles mediante los cuales un novato puede discernir el fuego dentro de una gema sin tallar, tan fácilmente visto por el experto en esa línea, así también el regalo del Discernimiento del Maestro (que ustedes tendrán al solicitarlo) los ayudará a discernir la belleza oculta en las almas alrededor de ustedes. Es todo cuestión de desarrollo. Todo ser no-ascendido en la Tierra está en algún período y proceso de pulimento, desarrollo y evolución que le permitirá a los cuerpos internos emitir más Luz y reflejar más Luz, lo cual un día lo convertirá en una gema de belleza en la Diadema o Corona Celestial.

Amados hijos, ustedes están en entrenamiento para convertirse en expertos en el discernimiento y cuidado en el manejo de las almas de los hombres, y no pueden permitirle el lujo a su propio prejuicio o a la opinión pública externa de torcer su juicio, y quizás retardar el progreso espiritual de un empeño ascendente. Busquen, en vez, el fuego potencial y Luz que es la Naturaleza de Dios de toda alma viviente. Entrenen sus seres para no hacer caso de los defectos aparentes, y conviértanse así en Yo mismo en acción.

Amor y bendiciones

EL MAHÁCHOHÁN

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