jueves, 10 de febrero de 2011

¿ACABAR CON LA PERSONALIDAD?

Cuando el individuo llega al punto en que reconoce que la personalidad no es más que una imagen mental creada por su alma y proyectada sobre la pantalla de la vida como sí mismo, podrá, en ese instante, repudiar esta imagen errónea, purificar el alma y exteriorizar el Santo Ser Crístico. Luego, con la autoridad de su propia Divinidad, podrá comandar que su alma sea iluminada con relación a su verdadero ser; y la Luz de Dios, entrando al alma e iluminándola, proyectará sobre la pantalla del mundo la revelación del Cristo.

El alma misma es el canal a través del cual el espíritu de Dios irradia, de la misma manera que un bombillo eléctrico no es más que el medio a través del cual la luz física es atraída a una habitación. No hay que despreciarla ni maltratarla. La acumulación de las centurias de experiencia conforma el estado del alma a través del cual esta luz del espíritu tiene que fluir. Es menester estar pendiente de que la arrogancia, el egotismo y la terquedad del alma sean minimizados, ya que ella no está anhelante de que su imagen mundial sea destruida. La pugna por salvar a la personalidad de la cual el individuo se hace parte, es una proyección de los sentimientos y pensamientos del alma que quiere que las cosas permanezcan en el status quo.

Amados Míos, recuerden que es la personalidad externa la que lleva el proverbial resentimiento para preservar su propio sentimiento de importancia; es la personalidad la que se ofende fácilmente; es esta personalidad la que critica y la que acarrea sufrimiento aparente a otros.

RECHAZO AL CAMBIO

¿Por qué la humanidad rechaza el cambio hasta para mejor? ¿Por qué los seres humanos han combatido el progreso y la visión de los "despiertos" desde el principio de los tiempos? Pues, porque el alma, al empuñar temporalmente las riendas de la autoridad, no está muy dispuesta que digamos a ceder la autoridad al Santo Ser Crístico. Cuán verazmente habló aquel sabio que dijo que el ser humano podía llegar a conocer el mundo entero, pero pocos llegaban a conocer sus propias naturalezas externas.

Estoy trayendo luz a sus almas. El Espíritu de Dios, "YO SOY", ya está vivo allí, de lo contrario no hubieran puesto sus pies en el sendero espiritual; pero el Armagedón, que conforma la suerte espiritual del buscador de la Verdad Divina, yace en la presión del espíritu que desea poseer su templo frente a la dominación arrogante del alma. El alma no está ansiosa de ceder la autoridad que tiene sobre ese templo (v.g. el cuerpo físico).

Esta fluctuación en los vehículos del chela constituye un período de gran dificultad. A veces al Santo Ser Crístico se le permite expresarse, a veces el alma domina la personalidad. Se ha dicho sabiamente que el único enemigo del hombre es él mismo, porque los individuos, mediante un sentido de querer mantener inviolado algo de sí mismos, se apegan en gran medida a sus personalidades. No todos están familiarizados con el poder y la dominación de sus almas, ni con la astucia y sabiduría que el alma ha desarrollado a lo largo de los muchos siglos de vivir. Éste es el "guardián del umbral".



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